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Mostrando entradas de agosto, 2011

TLALMANALCO, "LUGAR DE PIEDRA APLANADA"

A 450 años de haber sido construida, la Capilla Abierta de Tlalmanalco, es considerada la más importante de las 74 existentes a lo largo y ancho del país, por el tallado en cantera, de imágenes con las que se evangelizó a la población indígena de la región; sin embargo, contrasta con el deterioro de la iglesia de San Luis Obispo de Tolosa, ubicada a su costado. Tanto la iglesia como la capilla abierta fueron edificados sobre los templos destruidos.   La base piramidal que abarca unas 4 cuadras, hasta donde ahora se encuentra el mercado municipal y los 19 escalones, más dos que están enterrados, que actualmente nos conducen al atrio de la Parroquia, pertenecen a la pirámide.   Incluso la piedra volcánica con que estaban construidas las pirámides fueron utilizadas para edificar tanto la iglesia como la capilla abierta y esto puede comprobarse porque algunas "piedras" están talladas con flores de cuatro pétalos que significan los cuatro puntos cardinales o de cinco pétalos, q

Dos leyendas de Amecameca

EL CUAHUTEPOCHTLE En los bosques de la región de los volcanes se aparece un ser mítico llamado Cuahutepochtle (del náhuatl cuáhuitl, árbol, bosque, y tepochtle bromista). Que es considerado el guardián de los bosques.  Campesinos, leñadores, pastores o gente que simplemente camina por el monte se lo puede encontrar. Tiene dos características importantes, una, es muy pequeño mide 60 cm, y se puede hacer todavía más pequeño hasta casi desaparecer; y la otra característica, el talón y la punta de sus pies son como las de un ser humano, solo que la de él están 180° invertidos, de modo que al caminar hacia uno, sus huellas, parecerán alejarse. Tiene buen humor y gusta de jugar bromas. A veces ayuda a quien le pide ayuda. La cañada de “Cosamala”, en San Rafael, Tlalmanalco recibe ese nombre porque el Cuahutepochtle era muy visto por ese lugar. Cuentan que a un viejo leñador  de San Pedro Nexapa que iba todos los días al monte a juntar su carga, se le apareció varias veces. Una madrugada, sin

Los graniceros

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El origen de los graniceros se remota a la época prehispánica, cuando formaban parte de la jerarquía sacerdotal y se les conocía como nahualli o tlaciuhqui . Ya, Bernardino de Sahagún, habla de los teziuhtlazque, "casi estorbadores de granizo", y de la Serna, de los espantanublados o graniceros, ambos refiriéndose únicamente a su función como controladores del tiempo. Dentro de las cuarenta clases de magos del mundo náhuatl, López Austin incluye a los dominadores de los meteoros, y entre ellos menciona a "el que arroja los vientos y las nubes", cuyo nombre en lengua náhuatl no precisa; se refiere a éste no como un protector de la agricultura sino de la salud de los niños: "... ya que se atribuían algunas de sus enfermedades a los vientos y las nubes. El procedimiento era similar al del que ahuyentaba las nubes de granizo". Los graniceros , son personas a las que   les   ha caído un rayo y no mueren. La cantidad de energía que los golpeó hace que en su

SACROMONTE,DONDE SE HONRAN A LOS DIOSES SAGRADOS DE AMAQUEMECAN

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   A la llegada de los españoles, se destruyeron los TEOCALLIS (Pirámides mesoamericana coronada por un templo); y AMOXCALLIS (B ibliotecas que daban testimonio del desarrollo cultural de la civilización náhuatl). Y sobre ellos construyeron capillas y conventos. En Amecameca, la plaza principal está custodiada por el ex convento dominico que data del siglo XVI (actual parroquia de la Asunción) y mas arriba, en el cerro llamado del Sacromonte, están edificados, la iglesia y el convento que sirvieron de escuela evangelizadora para los indígenas. En la antigüedad, Amecameca fue uno de los más simbólicos centros ceremoniales del universo indígena, particularmente relacionado con el culto a las montañas, la nieve, la lluvia y el agua. Gracias a testimonios como los de Chimalpahin   en sus Relaciones de Chalco   Amaquemecan ,    los primeros pueblos establecidos en esta región levantaron adoratorios en honor a   Chalchiuhtlicue ,   y a Tezcatlipoca. Según una antiquís