Dos leyendas de Amecameca

EL CUAHUTEPOCHTLE
En los bosques de la región de los volcanes se aparece un ser mítico llamado Cuahutepochtle (del náhuatl cuáhuitl, árbol, bosque, y tepochtle bromista). Que es considerado el guardián de los bosques.
 Campesinos, leñadores, pastores o gente que simplemente camina por el monte se lo puede encontrar. Tiene dos características importantes, una, es muy pequeño mide 60 cm, y se puede hacer todavía más pequeño hasta casi desaparecer; y la otra característica, el talón y la punta de sus pies son como las de un ser humano, solo que la de él están 180° invertidos, de modo que al caminar hacia uno, sus huellas, parecerán alejarse. Tiene buen humor y gusta de jugar bromas. A veces ayuda a quien le pide ayuda.
La cañada de “Cosamala”, en San Rafael, Tlalmanalco recibe ese nombre porque el Cuahutepochtle era muy visto por ese lugar.
Cuentan que a un viejo leñador  de San Pedro Nexapa que iba todos los días al monte a juntar su carga, se le apareció varias veces. Una madrugada, sin más, estaba frente a él, era muy pequeño, con un enorme sombrero cubierto de plumas, sus cortas piernas estaban enfundadas en unas botas rojas, su cuerpo era como de gallo y despedía un fuerte olor a humedad. El ser le dijo:
-¡Soy el Cuahutepochtle!, el duende del bosque, señor de los árboles y plantas. Yo transporto las semillas para que germinen y puedo ordenar a los animales cualquier cosa
-¿Cualquier cosa? -preguntó el viejo
-Sí, cualquier cosa -replicó el duende
-Entonces ordénales que me junten leña en lo que voy a buscar a mi burro
-Está bien -le contestó el duende.
Al rato, regresó el viejo con su burro y efectivamente encontró el bulto de leña. Muy contento cargó a su animal y regresó más temprano que de costumbre a su casa. Cuentan que este señor se hizo rico con tanta leña que vendía, que se hizo varias mulas y que sólo trabajaba unas pocas horas. La gente dice que el Cuahutepochtle ayudaba porque el viejo le llevaba todos los días tamales y atole, que eran buenos amigos. Pero no a toda la gente ayudaba; es más, a algunos los espanta y les mete sustos.

LA LEYENDA DE JUAN RUÍZ
Existe una peña cerca de la cueva de Alcalicán, allá en Amecameca, por el camino a Tlamacas, donde cada año los peregrinos que vienen de Puebla, Tlaxcala y Veracruz transitan en su recorrido a la Basílica de Guadalupe, donde según nos cuenta esta leyenda se aparece el demonio.
Dicen sus vecinos,  que un día por allá se encontraba Juan Ruiz(Un hombre que cada vez que se emborrachaba  solía invocar al demonio), y que en una de tantas se le presentó, hizo un pacto con él, firmándolo con su propia sangre.  Después de este hecho, se dice que lo visitaba en su casa un hombre muy elegante y que se escuchaba como si descargara dinero. De ahí, Juan Ruiz se hizo rico. Al pasar el tiempo, él empezó a comportarse muy extraño e inquieto. Sus familiares, alarmados, lograron que confesara los motivos de su inquietud, él les dijo entonces que pagaría con su alma el pacto con el demonio.
Pero lo más alarmante era que también parte de su familia entraba en el pacto. Poco después Juan Ruiz huyó al monte, sus familiares y vecinos se lanzaron en su búsqueda, armados de ceras, palmas y agua bendita. Casi lo alcanzaron cuando aún se hallaba muy lejos de la peña maldita, pero se dice que cuando estaban cerca de lograrlo, se apareció una nube negra y al desaparecer ésta, él ya iba muy lejos nuevamente.
Siguiendo sus huellas, descubrieron con mucho temor que una de sus pisadas era humana y que la otra era de un macho cabrío. Después encontraron uno de sus huaraches, y al llegar a la cueva de la peña encontraron el otro, las pisadas que hallaron eran totalmente de bestia. En la peña, a la entrada de la cueva, había un letrero escrito con sangre que decía: "aquí en esta cueva se da de alta Juan Ruiz". La gente regresó al pueblo ya que nada pudieron hacer.
Con el paso del tiempo, la familia de Juan Ruiz volvió a quedar muy pobre.
Un día en el Río de la Verdura, a la altura de la calle Xicoténcatl, entre las calles de Silvestre López y Cruz Verde, el puente se cayó mientras pasaban por ahí varios niños, de los cuales dos eran de Juan Ruiz. De manera inexplicable la corriente se llevó únicamente a los dos niños de Juan.
Nos dice la leyenda que muchos descendientes de Juan Ruiz han muerto en forma trágica, debido al pacto que hizo con el diablo.

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